viernes, 17 de septiembre de 2010

Sobre gatos y perros.

En mi anecdotario personal a la tierna edad de 3 años fui a la casa de una señora que tenia un gato. Era la primera vez que veía uno. Como todo niño atacado por la curiosidad pregunte si lo podía tocar. Claro, acaricialo tranquilo. Ahí note que su pelaje era más suave que el de mis perros. Un animal tan tierno como mi oso de dormir. Parecía un bello animal. Hasta que me ataco. Me clavo sus uñas en mis brazos en segundos y se quedo ahí, inmóvil, con una cara de otario increíble. La escena transcurrió tan rápida que ni atine a llorar. Ni a pegarle. Cero reacción. Nunca alguien me hizo algo así en tan poco tiempo. Quede sorprendido por la velocidad del animal.

Desde ese día debo decir que no me llevo muy bien con los gatos.

Los gatos son pensadores, siempre se toman su tiempo para realizar toda acción, lo que lo torna en un animal tremendamente calculador y frío. Estimo que esa característica es la que lo hace tan propenso al logro de tan buenos negocios. Nunca en mi vida vi un gato pobre o insatisfecho. Siempre logran sus objetivos.

Siempre queridos y amados por su forma refinada y alegre, siendo muy selectivo con sus amistades y gustos. Admitámoslo, el gato es fino. Siempre. O casi.

Los gatos son animales con clase. Nunca he visto a un gato pasar hambre. Siempre se las rebuscan para encontrar algo que los alimente.

Lo que nunca me agrado mucho de los felinos es su facilidad para irse con quien le provea sustento de cualquier tipo, como cuestionando a la fidelidad como principio de toda relación. No me das de comer?. Unfollow!!. Perdón, me voy de acá.

Siempre fui de tener perro y los canes se quedan con uno para morir de hambre al lado del amo. A eso lo considero un valor positivo.

Si alguna vez vieron a un gato cazar a un ratón sabrán lo que es la crueldad animal. No los matan directamente. Los menean de un lado al otro. Juegan con ellos como si fueran un ovillo de lana. Les toman la cola jugando con sus rostros hasta sencillamente volverlos locos. El ratón termina muriendo. Y una vez muerto el ratón pasa a ser su alimento. Es como si los gatos no quisieran ser acusados de homicidio. “El ratón ya estaba muerto cuando lo comí”, dirán ante cualquier tribunal. Como si el cosmos hubiera decidido que el ratón muriera para ser parte de su sustento. Algunos les dirán caraduras. Yo los llamo simplemente cínicos.

Ahora que lo pienso las similitudes de las costumbres felinas con algunas chicas que merodean la ciudad entregando su amor es muy grande. Nunca lo pensé de ese modo. Creo que alguien debería de escribir algo al respecto.

3 comentarios:

  1. Me encantó! Claro, hay personas como gatos y personas como perros tambien. Aunque adoro los gatos... los animales digo.. pucha... ¿se entiende no? =)

    ResponderEliminar
  2. "Siempre fui de tener perro y los canes se quedan con uno para morir de hambre al lado del amo. A eso lo considero un valor positivo."

    Yo creo que lo hacen porque tienen una insistente esperanza, que renuevan a cada instante, de que el hombre no será capaz de matarlo de hambre. Y cualquier esperanza depositada en un "amo", más que valor positivo, es inocencia letal o masoquismo =)

    "Es como si los gatos no quisieran ser acusados de homicidio. “El ratón ya estaba muerto cuando lo comí”, dirán ante cualquier tribunal."

    Sí, eso lo digo yo también antes de comer un asado... (soy caradura jajaja).

    Un saludo!!
    de Mel

    ResponderEliminar
  3. Me encanto la historia =) todos escribieron sonbre gatos , ahora tendre que contar una de chongos

    ResponderEliminar

Cartas de Lectores